jueves, 17 de abril de 2014

¿Y SI 19?: ¿Y si las monedas sociales no sirven para nada?


Fotografía de Víctor Aranda


Las monedas sociales, también conocidas como monedas alternativas, deben su nombre a que no están controladas por los gobiernos, los bancos centrales u otros poderes económicos. Simplemente un grupo de personas se inventa un sistema monetario y decide usarlo para intercambiar bienes y servicios. Pero a la hora de la verdad, ¿sirven para algo?, ¿o simplemente son como un florero en medio de la deforestación capitalista?
Para valorar las virtudes de las monedas sociales primero puede ser interesante conocer al enemigo al que se enfrentan, es decir, saber cómo funciona la economía de mercado.
Si pensamos por qué necesitamos dinero, descubrimos que no necesitamos dinero, necesitamos cosas como ropa, comida, un lugar para dormir ... y servicios como un electricista para reparar nuestra lavadora, un profesor de inglés y otros bienes y servicios para sobrevivir y, con un poco de suerte, ser felices de tarde en tarde.
En el sistema capitalisata para conseguir todo esto necesitamos dinero. Así que tenemos que trabajar para ganar ese dinero. Cuando lo conseguimos, y con él solucionamos nuestros problemas, descubrimos que tenemos nuevos problemas y todo vuelve a comenzar. Vivimos en un círculo vicioso.
Este círculo nos plantea a los ciudadanos, perdón, a los consumidores (los ciudadanos ya hace tiempo que hemos sido ascendidos a consumidores) tres pequeños contratiempos.
1.- Nosotros no decidimos cuánto tiempo hay que trabajar para ganar suficiente dinero.
2.- Nosotros no decidimos el precio de las cosas y servicios que necesitamos.
3.- El más grave. Nosotros no decidimos lo que necesitamos. Las grandes empresas, con su publicidad y su márketing, son capaces de inculcarnos nuevas necesidades. Un ejemplo de esto son las empresas de telefonía móvil que nos hacen comprar cada año nuevos terminales con nuevas opciones que, de repente, nos son indispensables.
Pero, ¿las monedas sociales solucionan estos tres problemas?
La indiosincrasia del dinero alternativo es que está pensado para la economía local. Tiene una cantidad limitada de usuarios que normalmente viven en la misma ciudad. Estos usuarios deciden el precio de las cosas compradas con ese dinero y también el valor de su trabajo. En este sistema no hay mediadores que ganen dinero sin esfuerzo. Por lo tanto, con el dinero social podríamos solucionar los dos primeros problemas ya que somos nosotros los que decidimos cuánto cuestan las cosas y cuánto vale nuestro trabajo. Respecto al tercer problema nada puede hacer.
Pero no todo son ventajas. En realidad abundan las desventajas. Hay tres maneras de obtener dinero social. Uno es la venta de productos que uno mismo ha producido. El segundo es trabajando para otro usuario de la misma moneda social, y la última opción es cambiando dinero "normal" (euros, dólares, libras, etc) por una moneda social. Por ejemplo todas las semanas los productores pueden ir a un mercado local y vender sus productos a otros usuarios de este dinero. Esta forma de funcionar hace que la principal desventaja de las monedas sociales sea que sólo puede ser utilizado por pocas personas, para comprar pocas cosas, en pocos sitios. Mientras los poderes económicos mantengan la “potestad” de generarnos necesidades, será difícil que las monedas alternativas hagan honor a su nombre convirtiendose en una alternativa real.
 La respuesta entonces, ¿cuál es? ¿Sirven para algo las monedas sociales?. Mi modesta opinión es que euros, libras, dólares y los otros sistems monetarios nunca serán sustituidos por el dinero social, sin embargo éste puede llegar a ser útil para los consumidores como una muestra del poder que tienen, latente pero poder. Con el uso de la moneda social, los consumidores están avisando al poder económico, le están mostrando que existen otros tipos de economía. Ésa es su utilidad.